
Quieren jugar los dedos, arcillar el ocre
de este grito que se desliza
espeso
en la hendidura
piel de armadillo o rugosidad.
Las yemas untan barrosas y a oscuras
todo tipo de palabras
con una rebeldía tentacular
chorrean
y las esparcen
como si descifraran vértebras
como si grabaran entre las grietas
música de un vientre hueco
que murmura.
Yo las dejo a mis manos
cuando nostalgian
o son un grillerío ansioso.
Las dejo como hoy
poblar la curvatura de una sombra:
ver al hombre
cerrando el grito mapu
o de la tierra que quiere brotar.
Entonces lamen
los dedos su fruto
forman un jugo pastoso, arenilla rupestre
están listas ahora
abiertas
para escribir sobre la nueva superficie.
de este grito que se desliza
espeso
en la hendidura
piel de armadillo o rugosidad.
Las yemas untan barrosas y a oscuras
todo tipo de palabras
con una rebeldía tentacular
chorrean
y las esparcen
como si descifraran vértebras
como si grabaran entre las grietas
música de un vientre hueco
que murmura.
Yo las dejo a mis manos
cuando nostalgian
o son un grillerío ansioso.
Las dejo como hoy
poblar la curvatura de una sombra:
ver al hombre
cerrando el grito mapu
o de la tierra que quiere brotar.
Entonces lamen
los dedos su fruto
forman un jugo pastoso, arenilla rupestre
están listas ahora
abiertas
para escribir sobre la nueva superficie.
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